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Cumbia y Poesía

  • Foto del escritor: Carlos Ascención / Karloz Atl
    Carlos Ascención / Karloz Atl
  • 10 mar
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 11 mar

Soy Karloz Atl: bailadxr de coraza y poeta en voz alta. ¿Qué vínculo hay entre la poesía y la cumbia? Tanto en mi vida como en el mundo entero ambas están relacionadas en varios aspectos.


Un joven de 21 años recitando poemas en nawatl a bordo de un microbús a alta velocidad. Un altar con luces neón arriba del chofer. Una cumbia sonando de fondo con el bajeo en su máximo. Un puente vehicular sobre avenida Tlalpan. Esta es la imagen que tengo de mí sintiendo el éxtasis de ambas energías.


El poema y el rezo están en el mismo grado de potencial creador en el Universo. Y claro, las letras de las canciones son poemas. Una canción repetida continuamente nos envuelve en su atmósfera. Su diégesis de gozo, de dolor, de melancolía, de erotismo, de tantas y variadas cosas, se hace parte de nuestras vidas o bien, nuestra vida está ahí en esa canción, en ese poema, en ese rezo, que se hace con el mayor fervor, con la mayor necesidad, con la entraña y la voz unidas en el gemido auténtico, en la gratitud deliciosa, en la comprensión de lo oculto.


Las vibraciones sonoras del güiro y, de cada instrumento, del bajo especialmente, conducen a un estado peculiar en el que cada cierto tiempo vuelve a caer el sonido en su lugar y crea una confianza interna, que nos hace saber cómo mover el cuerpo. Aparece una intuición que sabe dar la vuelta, como de profecía. Se responde intuitivamente al giro, al movimiento de la muñeca, oliendo el ritmo. Como cuando un platillo huele desde lejos y se sabe algo de su sabor de antemano. Esta repetición sonora, acompañada de las palabras que se cantan, conduce el pensamiento y conduce el sentimiento: pensamos y sentimos desde y con el cuerpo. Razonamos y tomamos decisiones bailando.


Razonar y rezar. Por un lado: crear el camino para lograr el objetivo, mediante un método que descarte el error y permita hacer pruebas que verifiquen su veracidad. Por el otro: crear con la palabra y la intención una realidad, una manifestación, desde el misterio que integra incertidumbre y fe, confianza en lo que no se sabe. Dos facultades de les seres humanes. Que unidas en el baile operan en el gozo. Se reza bailando cumbia.


Y claro, la cumbia tuvo orígenes rituales en sus inicios indígenas en el Caribe colombiano (Eliregio, 2019). Como dice Cumbia la paz, fue un "ritual sublime de los Pocabuy en la rueda de la cumbia", para referirse al ritual que se hacía para despedir a los muertos con una vela en una mano danzando (Ospina, 1978). El usuario Farzayan (2019) en un comentario en YouTube agrega que "Cuando moría algún guerrero o jefe indígena Pocabuy, una mujer embarazada, danzaba una rueda alrededor del féretro en signo de la nueva vida que venía por la que se iba, giraba contrario a las manecillas del reloj, esa cadencia al ritmo de la percusión que allí estaba."


No debemos olvidar, sin embargo que, la cumbia no incluía letras en sus inicios, sino que se incorporó en el paso del tiempo, así como instrumentos percutivos, que le dieron su ligazón a la cultura africana y más adelante se integraron otros instrumentos electrónicos hasta generar las variantes actuales que palpitan por todo el mundo.


Esto es, que la cumbia y la poesía, se han conducido, cada una en su propio río desde siempre y, se han encontrado para danzar en diversas formas a lo largo de la historia del mundo. El rezo es una de ellas.



Referencias:



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